martes, 25 de marzo de 2014

a L.

Praderas silenciosas
Alerta las orejas
Saltará
Hará una “V” invertida en el aire

Después…
Se pondrá los zapatos
Tocará la piel de ese animal muerto
(Todo con sus manos)
Siguiente…
Ponerse el vestido, corazón

Arboles…
Un camino largo
Sin esquinas
Al fondo
El
Que al mirarla
Correrá hacia ella
Ella
Enfurecida
Tratará de patearlo

[Noche]
Despertará
Bajará del avión
Se acomodara los lentes
Imaginara el horizonte
Aire

Caminará.

Magdalena Bocanegra

jueves, 13 de marzo de 2014

CUBO

¿Qué mi cuerpo, que es?
Que si es un cubo
Un cuadrado
Una figura tridimensional

¿Qué si mi cuerpo es imperfecto?
Que si es un triangulo
Un círculo
O un punto

Líneas
Algo que reúne
Algo que aglomera
No enrolla
Ni sobrepone
A veces
Pesa

Fragmentos
Y solo fragmentos
Pedacitos de memoria

Mi cuerpo se encuentra dividido
Causa efectos secundarios.


YO NO QUERÍA


Yo no quería, pero algunas de mis fuerzas tuvieron que ceder y hacer lo que se me pedía. Primero fue en la mañana, me levante desayune cereal y subí de nuevo a mi cuarto. Después a la hora de comer, me obligaron a comer cosas que no quería, pero tenía que poner buena cara, si no sería doble el castigo. Al llegar la tarde les comunique que saldría un par de horas, yo resignado, esperaba una negativa, pero no se opusieron. Salí emocionado. Iba al teatro a ver una obra donde sale una amiga. Llegue a la taquilla a la mera hora y pregunte si todavía alcanzaba a entrar, me dijeron que si y pague. Una vez dentro del pequeño teatro comenzó a presentarse otra vez mi frustración y mi desesperación se sacudía, yo como buen espectador solo miraba a mí alrededor. Estaba rodeado de adolescentes. Si, adolecentes con sus iphones, tabletas y esas cosas, todos riendo y tomadose fotos, miro un letrero en la pared que dice “aforo para máximo 120 personas” ¡uta! Y se ve que somos un montón. Comencé a sentir calor, pero en eso dieron la segunda llamada, “ya va, ya va” me dije y apague mi celular. Pasaron un par de minutos en esta misma circunstancia hasta que dieron la tercera llamada, “por fin” dice el señor que está a mi lado, y dicen: “tercera llamada, comenzamos” ¡uta! Parece que les dijeron hagan todo el ruido posible: aplaudieron, chiflaron, gritaron ¡ah! Claro todos con sus iphones en la mano para capturar el momento. Toda la obra no dejarón de hacer ruido, de subir los pies a las butacas, de platicar entre risitas, de gritar más fuerte si el actor gritaba. No podía, ya no podía, por fin salía de aquella casa de locos para entrar a esto, no es justo y yo que les hice, que quede claro que me controle lo más que pude, mi mano, no dejaba mi cara, y la apretaba para contarme. Y entiendo por eso que cuando la pongo ahí es que porque estoy muy desesperado. Cuando todos los actores habían salido de escena para entrar a otra, grite: “¡que nunca habían asistido al teatro bola de puercos!” “¡si saben que no se suben las patas!” y aventé los pies de la chica que estaba detrás de mí con sus pies en mi asiento, “¡y que se apaga el maldito celular!” mientras le quitaba  y aventaba al suelo el celular a un chico de la fila de adelante mientras me grababa, “¡no chinguen, de por si la obra está bien culera, y ustedes no me dejan escuchar lo que dicen!” “¡pero ya verán cabrones…!” y comencé a caminar entre las filas, hacia una chica que no dejaba de reírse y grabarme con su celular, “¡Ahorita mismo vas a ver lo es chingar a la gente!” en eso todos comenzaron a moverse y gritar.
Cuando abrí los ojos estaba en el suelo de teatro, dos hombres de seguridad me empujaban con muchas fuerzas hacia el suelo. Después de ellos, miles de iphones me grababan. Quise levantarme a la fuerza y no pude, lo único que logre fue que se rieran de mí y me golpearan otra vez.
La obra se canceló. ¡Que tiene, al fin y al cabo era una basura! Después de que sacaron a toda la gente del teatro, entraron los policías. Yo ya estaba tranquilo, relajado y todo apeñuscado por los hombres estos.
En lo que me ponían las esposas, uno de los hombres de seguridad me dijo, “¡yo siempre he querido hacer eso carnal, ¿pero o tienes muchos huevos o estas bien loco? Y me dejo a disposición de los policías, igual de finos que los adolescentes.
Ahora, otra vez estoy aquí, y no es que “no quería controlarme”, como dice el juez, y yo pienso ¡porque hay gente tan puerca! Pero no se lo digo al juez, ¡qué va! La última vez que lo hice me dieron más días en la procu.


No falta mucho para que llegue mi hermano y su esposa y me reclamen, la esposa llore y todo el show. Ellos me aceptaron en su casa para disque “cuidarme” pero no hacen otra cosa que tratarme como niño. Dicen que tengo delirio de agresividad en público. ¡Chale! Si me hubiera controlado más, si mi mano hubiera aguantado más en mi boca, podría estar en con mi amiga, la actriz, platicando de lo bien que actuó y de lo mucho que me gusto la obra. 


Magdalena Bocanegra